Óscar Villegas y la Verde, entre la irregularidad y el sueño mundialista

A falta de dos jornadas para el cierre de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026, Bolivia se aferra a una ilusión que parecía lejana hace apenas un año. Bajo el mando del cochabambino Óscar Villegas, la Selección Nacional ha transitado un camino de altibajos, pero con señales claras de renovación y esperanza.

Desde que asumió el cargo en julio de 2024, tras la salida del brasileño Antonio Carlos Zago, Villegas ha dirigido 10 partidos con un saldo de 4 victorias, 2 empates y 4 derrotas, lo que arroja una efectividad del 46,66%. Aunque los números no deslumbran, el contexto sí: Bolivia ocupa el octavo lugar en la tabla con 17 puntos, a solo uno de Venezuela, que está en zona de repechaje2.

Más allá de los resultados, la gestión de Villegas ha sido marcada por una filosofía clara: priorizar a los jugadores nacidos en Bolivia y apostar por una base juvenil reforzada con legionarios. La última convocatoria para enfrentar a Colombia y Brasil incluye a 28 futbolistas, con una edad promedio de 24,82 años y un 50% de ellos con 23 años o menos. Entre los destacados están Miguel Terceros (América Mineiro), autor de seis goles en las eliminatorias3, y los debutantes Darío Torrico (Always Ready) y Gustavo Peredo (Guabirá)4.

La Verde enfrentará a Colombia el 9 de septiembre en Barranquilla y cerrará su participación el 14 de septiembre ante Brasil en El Alto, a más de 4.100 metros de altitud. Villegas sabe que no hay margen de error: “Estamos con vida y vamos a luchar hasta el final” declaró recientemente5. De lograr la clasificación, Bolivia rompería una sequía de más de tres décadas, ya que la última vez que accedió a un Mundial por mérito propio fue en 1994.

Óscar Villegas no solo dirige una selección, sino una esperanza colectiva. Su gestión, aunque irregular en números, ha revitalizado el proyecto nacional con identidad, juventud y ambición. Bolivia está a dos partidos de la gloria, y el país entero contiene el aliento.