En una jornada decisiva para sus aspiraciones políticas, el economista y analista financiero Jaime Dunn obtuvo este miércoles su certificado de solvencia fiscal, requisito indispensable para formalizar su postulación a la presidencia de Bolivia ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Dunn, respaldado por el partido Nueva Generación Patriótica (NGP), enfrentó una carrera contrarreloj para cumplir con los requisitos exigidos por ley. Durante semanas, su candidatura estuvo en suspenso debido a observaciones administrativas vinculadas a 33 procesos coactivos relacionados con su paso por la Alcaldía de El Alto. Sin embargo, tras presentar descargos y documentación ante la Contraloría General del Estado, logró superar el obstáculo y obtener el documento habilitante.
“Damas y caballeros, estamos listos. Un paso más cerca de que Bolivia sea finalmente libre. Nada nos va a detener. Esta lucha es por todos y para todos, para dejarles a nuestros hijos un país lleno de prosperidad y sueños. Se logró gracias a todos por su apoyo, su cariño y sus constantes mensajes”, expresó Dunn en sus redes sociales, celebrando el avance en su carrera electoral.
El camino quedó despejado luego de que Fidel Tapia, quien había sido inscrito inicialmente como candidato presidencial por NGP, renunciara formalmente a su postulación, permitiendo a Dunn asumir el liderazgo del binomio. Según el calendario electoral, el plazo para registrar reemplazos vencía la medianoche de este jueves, lo que convirtió la jornada en un momento clave para el futuro del partido.
Dunn se dirigió al TSE en La Paz para presentar su documentación y oficializar su candidatura. En declaraciones a la prensa, criticó el sistema burocrático, pero afirmó que “hay que cumplir” y que su equipo legal ya trabaja en los trámites finales.
Con este paso, Jaime Dunn se perfila como uno de los protagonistas de las elecciones generales previstas para el 17 de agosto. Su campaña promete centrarse en los ejes de libertad, prosperidad y renovación institucional, en un contexto político marcado por la polarización y el desgaste de las fuerzas tradicionales.