
En medio de crecientes tensiones políticas, el Ejecutivo boliviano, liderado por el presidente Luis Arce, ha reiterado su compromiso con el respeto a la democracia y la transparencia electoral. La viceministra de Comunicación, Gabriela Alcón, negó rotundamente cualquier intento de prórroga del mandato y desmintió las denuncias sobre presuntas irregularidades en el proceso electoral.
Durante una declaración pública, Alcón respondió a las denuncias sobre una supuesta modificación de actas y posibles sabotajes al balotaje previsto para el 19 de octubre. “Como Gobierno no nos vamos a prestar a ningún plan que conspire contra la democracia”, afirmó, subrayando que el Ejecutivo se mantiene al margen de cualquier iniciativa que busque deslegitimar el proceso electoral.
La viceministra confirmó que el Gobierno prepara una transición ordenada para el 8 de noviembre, fecha en la que se entregará el poder al nuevo presidente electo. En este marco, se ha convocado a los dos candidatos que disputarán la segunda vuelta, con el objetivo de asegurar un proceso pacífico y respetuoso de la voluntad popular.
Alcón destacó la participación activa del Ejecutivo en los “Encuentros por la Democracia”, impulsados por el Tribunal Supremo Electoral. En estas reuniones, se asumieron compromisos institucionales para garantizar la transparencia y evitar cualquier acción que obstaculice los comicios.
El Gobierno también ha expresado su oposición a proyectos de ley que pretendían suspender a vocales del Tribunal Supremo Electoral, calificándolos como intentos de frenar el proceso democrático. Alcón insistió en que el Ejecutivo no respaldará ninguna medida que atente contra la institucionalidad del país.
Respecto a las acusaciones de fraude, Alcón aseguró que han sido desmentidas categóricamente, tanto por el Gobierno como por el Tribunal Supremo Electoral. “Nosotros vamos a dejar las cosas como corresponde: de manera democrática, ordenada y transparente”, concluyó.