En una audiencia de medidas cautelares celebrada este sábado, la dirigente política Ruth Nina, exlíder del extinto Partido de Acción Nacional Boliviano (Pan-Bol), ofreció disculpas públicas por sus polémicas declaraciones en las que advirtió que “en vez de contar votos, se contarían muertos” si Evo Morales no era habilitado como candidato presidencial. Sin embargo, al concluir la audiencia, adoptó un tono desafiante y aseguró que ingresar a prisión era “un honor”.

Durante la audiencia virtual ante el juzgado mixto civil de Shinahota, Nina expresó: “Quiero pedir una disculpa desde el fondo de mi corazón porque nunca ha sido de ninguna manera amenazar o amedrentar. No soy una persona delincuente, no tengo antecedentes penales”. También se comprometió a no repetir ese tipo de declaraciones y a cuidar su retórica como dirigente sindical.
La jueza determinó su detención preventiva por tres meses en el penal de San Sebastián Mujeres, en Cochabamba, tras la imputación por los delitos de instigación pública a delinquir, amenazas y obstrucción al proceso electoral.
Al ser trasladada al centro penitenciario, Nina retomó su discurso combativo. “Podrán encarcelarnos, podrán quitarnos la libertad, pero nunca van a quebrantar nuestro espíritu revolucionario. ¡Es un honor entrar a la cárcel por nuestro pueblo, por nuestras mujeres, para que nunca más las callen!”, exclamó ante los medios.
El caso ha generado reacciones divididas en el ámbito político. Mientras algunos sectores consideran sus declaraciones como una incitación a la violencia, su defensa sostiene que se trata de una interpretación arbitraria de un discurso político pronunciado en Lauca Ñ.
Este episodio se enmarca en un contexto electoral tenso, marcado por la inhabilitación de Evo Morales como candidato y el resurgimiento de discursos radicales en sectores afines al “evismo”.