Desde Buenos Aires, en el marco de la 66ª Cumbre del Mercosur, el presidente de Bolivia, Luis Arce, destacó los avances de su Gobierno en la industrialización de los recursos naturales y materias primas, subrayando que este proceso debe consolidarse como una política de Estado que trascienda gestiones gubernamentales.
Arce informó que 36 nuevas plantas industriales ya están operando en el país, de un total de 170 proyectadas. Estas incluyen fábricas de vidrio, aceite, procesadoras de leche y una planta de biodiésel en Santa Cruz, que no solo fortalecen la producción nacional, sino que también ayudan a regular precios y articularse con el sector privado.
El mandatario recordó que estos avances responden al MESCP, un modelo que prioriza la inversión pública, la redistribución de la riqueza y la industrialización con sustitución de importaciones. Este enfoque busca transformar a Bolivia de un país exportador de materias primas a uno que genere valor agregado y polos de desarrollo regional.

Actualmente, Bolivia ejecuta una inversión superior a 25 mil millones de bolivianos (aproximadamente 3 mil millones de dólares) en complejos productivos. Arce enfatizó que proyectos como la planta de química básica requieren continuidad más allá de un solo mandato, por lo que llamó a institucionalizar la industrialización como una estrategia nacional de largo plazo.
Durante su intervención, Arce también se dirigió a sus pares del Mercosur, señalando que la región “carece de un proceso industrializador” y que países como Argentina y Brasil tienen la oportunidad de liderar una nueva etapa de integración productiva. Bolivia, dijo, aspira a consolidarse como un país industrializado que genere mayores ingresos a través del valor agregado.