Análisis del contrato con CBC y Bolivia dónde se apuesta por la industrialización del litio

El contrato firmado entre Bolivia y la empresa china CBC para la explotación de litio marca un punto de inflexión en la estrategia nacional de industrialización del recurso. A través de la construcción de dos plantas de producción en el salar de Uyuni, el acuerdo promete avanzar hacia una extracción más eficiente, ambientalmente responsable y con proyecciones económicas ambiciosas.

Salto tecnológico en la producción del litio

El acuerdo contempla el uso de la tecnología de extracción directa de litio (EDL), una innovación que prescinde de las tradicionales piscinas de evaporación, utilizando salmueras residuales y disminuyendo el consumo de agua. La primera planta apunta a producir inicialmente 10,000 toneladas de carbonato de litio, extendiéndose a 15,000 en una segunda fase. La segunda instalación proyecta una producción inicial de 25,000 toneladas, incrementando progresivamente su capacidad.

Aunque el método EDL aún no ha sido probado a gran escala, el contrato establece que cualquier falla técnica que impida alcanzar los niveles de pureza pactados será cubierta por CBC, liberando a Bolivia de responsabilidades económicas.

Aspectos económicos y modelo financiero

CBC asumirá las inversiones, estudios y operación de las plantas, sin que Bolivia incurra en deuda inicial. La empresa estatal YLB entregará la producción a CBC a precios internacionales para cubrir los costos, con una distribución de utilidades del 51% para Bolivia y 49% para CBC. Aunque se ha mencionado una tasa de interés del 12%, el Gobierno aclara que se trata de un promedio referencial común en países en desarrollo, y no de un crédito convencional.

La tecnología EDL implica un costo por licencia de aproximadamente $1,700 por tonelada de litio producida, pero Bolivia mantiene la facultad de auditar los costos trasladados por CBC, reduciendo riesgos de sobreprecio o irregularidades.

Críticas y argumentos controversiales

Varios cuestionamientos han surgido en torno al contrato, desde presuntos impactos ambientales hasta supuestas pérdidas de recursos. No obstante, el uso de salmueras residuales y el sistema EDL presentan una huella hídrica considerablemente menor. Por otro lado, alegatos como el “12% de interés” o el “despojo de minerales adicionales” carecen de respaldo documental, según las autoridades. Comparaciones con contratos internacionales revelan que el modelo boliviano podría ofrecer mayores beneficios.

Oportunidades y proyecciones

La inversión directa de mil millones de dólares proyecta un significativo dinamismo económico: generación de empleo, aumento en las exportaciones, y fortalecimiento del PIB. Estudios anticipan un crecimiento sostenido en la demanda internacional de litio, lo que convertiría esta apuesta en una oportunidad estratégica para Bolivia.

Más allá de lo técnico hay una disputa política

El debate sobre el contrato parece trascender lo técnico o económico. El Gobierno sostiene que el rechazo parte de intereses políticos y desinformación. Frente a esto, se plantea la necesidad de encarar la industrialización del litio de manera pragmática, estratégica y alejada de pulsos coyunturales que puedan entorpecer el desarrollo nacional.