En su primer discurso como presidente de Bolivia, Rodrigo Paz no esperó ni un día para tomar acción frente a la crisis de combustibles. Desde el hemiciclo legislativo, anunció que las cisternas con gasolina y diésel comenzaron a ingresar al país desde la noche del viernes, cumpliendo así el compromiso asumido con el vicepresidente Edmand Lara.
Aún antes de asumir comenzamos a trabajar para atender la urgencia. Mientras estamos hablando hoy, me comprometí junto a Edmand que llegarían las cisternas del diésel y la gasolina. Desde anoche están entrando a nuestras fronteras para acabar con las malditas filas que nos deja este gobierno”, declaró Paz, visiblemente firme.
El anuncio busca frenar las largas filas y la incertidumbre que han afectado a miles de bolivianos en las últimas semanas. La crisis energética fue uno de los temas más sensibles del último tramo del gobierno de Luis Arce, y Paz decidió enfrentarlo desde el primer minuto.
Pese a garantizar el abastecimiento, el nuevo presidente lanzó una advertencia contundente a las entidades estatales encargadas de la logística:
No sean traidores a la patria, porque la gasolina y el diésel ya están garantizados”, dijo, dirigiéndose a YPFB y la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH).
El mensaje fue claro: no se tolerarán trabas ni negligencias en la distribución del carburante. Paz exige eficiencia y compromiso patriótico de las instituciones responsables.