El analista político Henry Párraga expresó su respaldo a la propuesta del candidato Rodrigo Paz sobre la nacionalización de autos indocumentados, conocidos como “autos chutos”. En sus declaraciones, Párraga expuso que esta medida no solo es necesaria para ordenar el parque automotor boliviano, sino que también representa una oportunidad fiscal y económica para el país.

Según Párraga, el verdadero paraíso de los autos chutos es Iquique, Chile. Esta ciudad, ubicada en una zona franca, ha movido más de 4 mil millones de dólares en 2024, de los cuales 1.500 millones corresponden a exportaciones, siendo Bolivia el principal destino.
Chile prohíbe la importación de autos usados en sus centros metropolitanos, pero permite su uso en zonas francas como Iquique. Allí operan más de 2.000 empresas que transforman vehículos —muchos con volante a la derecha— para su reexportación. Además, el negocio está administrado por Corfo, una entidad estatal chilena, lo que evidencia, según Párraga, que el gobierno chileno conoce y tolera el negocio.
Chile lidera la venta de autos usados en Latinoamérica, con más de 3 millones de unidades entre 2022 y 2024. Pero se hace de la vista gorda porque está protegiendo el flujo económico del norte chileno”, afirmó.
Párraga diferenció claramente entre autos robados —que no deben ser legalizados— y autos indocumentados que ingresan con el consentimiento tácito de autoridades chilenas. “La nacionalización permitiría que estos vehículos paguen impuestos y contribuyan al desarrollo del país”, señaló.
Actualmente, miles de autos chutos circulan en municipios como Camargo, San Lucas, San Julián, El Chapare, Yungas, Oruro y el norte de Potosí. Ya consumen combustible, pero no aportan al fisco. “El problema no es su existencia, sino su informalidad”, advirtió.
La iniciativa de Rodrigo Paz plantea no solo la legalización de estos vehículos, sino también una revisión de la política de importación de autos nuevos. Párraga considera que esta propuesta es “coherente y beneficiosa desde todo punto de vista”, aunque reconoce que será necesario establecer controles estrictos para evitar la legalización de vehículos robados.
También sugirió que se podría limitar la circulación de estos autos a los departamentos donde actualmente operan, una decisión que quedaría en manos del próximo Congreso Nacional.
Párraga alertó que el ingreso de autos chutos se ha duplicado recientemente: “De cinco vehículos que ingresaban antes, ahora son diez. Chile cobra tasas, alquileres y transforma los vehículos. Es un negocio desleal con Bolivia”.
Finalmente, insistió en que la nacionalización permitiría cortar el flujo de beneficios que hoy favorece a intereses económicos chilenos. “Bolivia debe asumir el control de su parque automotor y convertir este problema en una oportunidad fiscal”, concluyó.