En un fallo sin precedentes, el Juzgado Segundo de Sentencia de El Alto condenó a Diego P. Q. a la pena máxima de cinco años de prisión por el delito de biocidio. El acusado fue hallado culpable de agredir brutalmente a un perro que descansaba en una jardinera, provocándole una agonía de varias horas antes de abandonarlo en un basurero.

El hecho ocurrió en febrero de 2024, en la avenida 6 de Marzo. Según testigos y pruebas presentadas, el agresor —propietario de una tienda de llantas— golpeó al animal con una gata mecánica en tres ocasiones y luego lo ahorcó con una cuerda. El perro, de raza mestiza y tamaño pequeño, no representaba amenaza alguna.
Un video clave desmintió la versión de la defensa, que alegaba que el perro había atacado a los hijos del acusado. Las imágenes mostraron que el animal fue atacado sin provocación.
La jueza Nadia Soria Galvarro calificó el acto como de “extrema crueldad” y aplicó la pena máxima contemplada por la ley boliviana para casos de biocidio. El fallo fue celebrado por activistas y organizaciones defensoras de animales como un hito legal y social.
“Esta es una sentencia histórica. Se le aplica la pena máxima a un biocida, sin posibilidad de salida alternativa”, declaró el abogado Diego Espinoza, representante de la Fundación RPC (Rescata, Protege y Cambia).
La sociedad civil y colectivos animalistas exigen que la condena se cumpla íntegramente en el penal de San Pedro y que se refuercen las políticas de protección animal en Bolivia.