A menos de un mes de las elecciones generales previstas para el 17 de agosto, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) enfrenta una sacudida institucional: Óscar Hassenteufel presentó su renuncia irrevocable a la presidencia interina del organismo, aunque continuará como vocal.

La decisión fue comunicada a sus colegas de la Sala Plena mediante una carta en la que argumenta motivos de salud para dejar el cargo. Hassenteufel había asumido la presidencia interina por consenso interno, con el objetivo de garantizar estabilidad y conducción técnica al proceso electoral.
La vocal Nelly Arista confirmó que la renuncia será tratada formalmente en una próxima sesión de Sala Plena, aunque subrayó que Hassenteufel seguirá cumpliendo funciones institucionales, incluida su participación en el Encuentro Multipartidario e Interinstitucional por la Democracia, previsto para este miércoles.
La salida de Hassenteufel se produce en un contexto de alta sensibilidad política, con cuestionamientos a candidaturas y acciones legales que podrían afectar el desarrollo normal de los comicios. Su permanencia como vocal busca preservar la continuidad institucional, aunque la ausencia de una presidencia definida genera incertidumbre sobre la conducción del proceso.
Óscar Hassenteufel, de 78 años, fue elegido vocal del TSE en 2019 y asumió la presidencia en 2021. Su trayectoria incluye cargos en la Corte Suprema de Justicia y la Corte Nacional Electoral.
La renuncia plantea interrogantes sobre la capacidad del TSE para mantener la confianza ciudadana y garantizar unas elecciones transparentes y competitivas. Mientras tanto, el organismo deberá definir rápidamente una nueva conducción para evitar vacíos de liderazgo en una etapa crítica del calendario electoral.