La comunidad ciega de Bolivia alzó la voz frente a una serie de denuncias que apuntan a presuntos actos de corrupción, nepotismo y mala gestión dentro del Instituto Boliviano de la Ceguera (IBC) y otras entidades afines. Los cuestionamientos también recaen sobre la Federación Nacional de Ciegos de Bolivia, a la que se acusa de permitir la perpetuación de autoridades que han perdido legitimidad.

Entre los principales señalados figura Milton Subia, quien habría ejercido durante 35 años como director departamental en Tarija, acumulando acusaciones por corrupción y abuso de poder. También se menciona al actual director nacional del IBC, Juan Ariel Ortega, por su aparente inacción ante los problemas internos; y a Jazmani Cereso, exdirector implicado en un préstamo no justificado de medio millón de bolivianos.
Los denunciantes destacan una millonaria deuda con la caja de salud que supera el millón y medio de bolivianos, pese a que los descuentos se realizaron mensualmente durante seis años. Ante esta situación, se exige la destitución inmediata de los directivos denunciados, el inicio de investigaciones formales y la intervención de organismos de derechos humanos.
Finalmente, los denunciantes han solicitado el respaldo legal de la abogada Erika Torrelio Vargas para iniciar acciones constitucionales, y llaman a las autoridades a garantizar transparencia en las instituciones que deben representar a una de las poblaciones más vulnerables del país.