Un reportaje emitido este domingo por la cadena internacional brasileña Récord mostró al expresidente Evo Morales oculto en el trópico de Cochabamba, rodeado por cientos de civiles que ejercen su seguridad en una sede de una federación cocalera en Shinahota. Las imágenes revelan estrictos protocolos de ingreso para quienes deseen acercarse al exmandatario, sobre quien pesa una orden de aprehensión que —según autoridades bolivianas— puede ejecutarse en cualquier momento.

El equipo de prensa fue recibido por Morales en medio de rigurosas medidas de control y con anillos de vigilancia compuestos por hombres y mujeres armados con palos y objetos contundentes, dispuestos a enfrentar a cualquier autoridad que intente capturarlo. En el reportaje se evidencia que el lugar funciona como un verdadero fortín, con seguidores que consideran al líder cocalero un perseguido político y están dispuestos a defenderlo.

Durante la entrevista, Evo destacó su relación con el presidente brasileño Lula Da Silva, a quien calificó de “presidente humanista” y dijo que tiene la esperanza de que lo ayude a “volver a salvar al país de manera económica”. Morales aseguró también tener “buenos recuerdos” de Lula, con quien comparte una larga trayectoria política en el ámbito regional.

También se refirió a la grave denuncia por trata de personas, con la agravante de que la presunta víctima era menor de edad y habría tenido una hija con él durante su gestión presidencial. Aunque el hecho ha sido negado en reiteradas ocasiones por Morales y su entorno, la acusación sigue vigente. En su declaración ante el medio brasileño, volvió a reclamar la pérdida de la sigla del MAS y denunció que se le ha impedido competir “de manera ilegal” en las elecciones previstas para el 17 de agosto.

Vía: DTV